Los chilenos crean insulina ingerible para reemplazar las inyecciones
La insulina es una hormona que produce el páncreas responsable de llevar el azúcar a los músculos y órganos del cuerpo para que lo usen como un combustible y puede funcionar. En las personas con diabetes tipo 1 - y con el tiempo, incluso en las personas con diabetes tipo 2, el páncreas detiene la producción de insulina, que debe inyectarse para mantener un nivel adecuado de azúcar en la sangre.
Investigadores del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDIS) y de la Facultad de Química y Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Chile, encabezados por el académico Javier Morales, están trabajando en el desarrollo de una nueva vía de administración de insulina que evite tener que inyectarla En las piernas o en el estómago.
Según Morales, "la insulina es un péptido y, junto con las proteínas y los ácidos nucleicos, son un tipo de moléculas que sirven para resolver problemas, pero son super diferentes a las convencionales, como la aspirina, el paracetamol y el ibuprofeno, que son pequeñas estructuras moleculares "La insulina es una molécula grande y esto causa varios inconvenientes porque es inestable y por lo tanto debe ser inyectado, ya que si se administra por vía oral en una cápsula, por ejemplo," nunca tendría la oportunidad de absorber, porque el fármaco no está estabilizado en el estómago. En el intestino ", dice.
El grupo logró desarrollar nanopartículas en hojas impresas recubiertas con insulina. Estos son cristales muy pequeños que pueden ser absorbidos a través de la mucosa bucal. Debido a la forma en que la insulina se deposita en estos cristales, permanece estable y pasa al torrente sanguíneo de la misma manera. "Para formular insulina en películas, tienen que ser partículas muy pequeñas". Para que la insulina esté disponible para disolverse y al mismo tiempo permanecer estable, llegamos a la configuración de nanopartículas recubiertas de insulina ", explica Morales.
Una vez que las membranas mucosas absorben la insulina, entra directamente en la sangre, evitando todos los problemas asociados con una administración oral. "Una vez que circula, la insulina puede ejercer su efecto de la misma manera que se daría como una inyección."
La medicina desarrollada consiste en "una lámina que contiene la dosis requerida por el paciente, se aplica a la mejilla, se entrega insulina, y luego se disuelve la hoja para evitar tener que retirar pacientes", dice Morales. En principio, esta misma tecnología podría utilizarse para otras vías de la mucosa o del cuerpo como los ojos o la nariz.
Por el momento se ha realizado un estudio piloto sobre animales sanos. ¿El resultado? "Podíamos ver que la insulina estaba absorbida, ahora hay que probar el modelo de un animal enfermo", dice el investigador.
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